Muchos de los productos de La Whartrida se producen únicamente bajo pedido. No trabajamos con stock. No es una táctica de escasez ni una decisión improvisada: es una forma de operar alineada con la manera en que pensamos el diseño y la producción.
Fabricar por encargo nos permite mantener el control sobre todo el proceso: desde la elección de materiales hasta los detalles finales. Nada se produce en serie ni se almacena sin una razón clara. Cada pieza responde a una intención específica y se realiza con propósito.
Este modelo también nos da libertad creativa. Nos permite adaptar, ajustar o cambiar sin estar atados a inventario. Y al mismo tiempo, evita producir de más. En lugar de acumular productos que necesitan ser vendidos, trabajamos con un ritmo más sensato, haciendo solo lo necesario.
Sabemos que implica tiempos de espera un poco más largos, pero también garantiza que cada entrega tenga sentido desde su origen. No hay excedentes. Solo piezas que existen porque forman parte de un proceso real y consciente.
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